SOBRE EL DOLOR DE ESPALDA II

Escrito el 11 de febrero del  2006

El dolor de espalda, como cualquier dolor, enfermedad o malestar tiene un mensaje.

Algo anda mal, algo hay que curar más allá del dolor en sí.

Hay algún cambio que hacer, alguna cosa que considerar.

Ante cualquier dolor lo primero aliviarlo. Lo segundo relajarnos y lo tercero escucharnos. Escuchemos al dolor, ¿qué me tienes que decir? Descifremos el mensaje.

El código del cuerpo puede ofrecernos una valiosa información.

Eric Rolf en su libro “Medicina del alma” nos descifra que el dolor de espalda se debe a no sentirnos apoyados por la vida. Y cada zona de la espalda está relacionada con un área de la vida. La zona cervical está relacionada con la zona mental y significa que tenemos ideas sobre nosotros mismos que no nos están apoyando. La curación será revisar las ideas que nos sostienen en ese sentido y desecharlas. El dolor en la zona dorsal nos indica que es en el área de las relaciones donde estamos mal. Hay falta de amor. El dolor de la zona lumbar nos indica que tenemos ideas que no nos apoyan en cuanto a lo material, el sustento, el mantenimiento físico. Tenemos idea sobre el dinero o los recursos que debemos revisar y reprogramar, es decir desechar o ampliar…

Pero la espalda tiene aún más que decirnos, hay más información. Veamos.

 Según los últimos estudios médicos, son 4 los enemigos de la espalda sana, 4 las razones principales del dolor de espalda: la debilidad, la inactividad, la postura y el peso o mal manejo de las cargas.

A veces vamos al médico porque, o de forma aguda y sobrevenida nos acucia un gran dolor, o porque lo llevamos padeciendo un tiempo y ya no podemos más.

El dolor se deberá a algo puntual o sobrevenido si es agudo, o algo de nuestro carácter si es crónico. En cualquier caso debemos hacer un cambio.

La sanación consistirá en volver al buen camino, nos hemos extraviado.

Si la dolencia es crónica, es que debemos pulir nuestro carácter. Algo en nosotros no funciona y el dolor aparece para darnos el mensaje y desaparecerá cuando nos pongamos manos a la obra.

Lo primero para curarnos es interiorizarnos y con honestidad entender en qué estamos fallando y hacer propósito de la enmienda y corregirlo.

Las flores de Bach pueden ser de ayuda, pues su función es ayudar a restablecer el equilibrio que hay detrás de un estado desarmónico.

Al final recuperar la salud es recuperar el ser. Lo que hay detrás del malestar o la enfermedad es que la personalidad se ha interpuesto sobre el alma. Escuchamos y obedecemos a la parte de nosotros más limitada y menos auténtica

Los últimos estudios médicos reflejan que cada vez hay más gente que padece del dolor de espalada de manera crónica. El dolor crónico solo nos está queriendo decir que  tienes que hacer otro planteamiento de tu vida.

Dolor crónico igual a situación crónica. Hemos caído en una inercia que nos ha atrapado y como consecuencia de no salir de ella el dolor se hace crónico.

Vamos, que nos lo hemos buscado. Pero como dice Eric Rolf no somos culpables, sino causantes del  dolor, igual que de un pintor se dice que es el artista del cuadro y no el culpable del mismo. Igual que lo hemos creado, lo podemos deshacer.

Volvamos de nuevo al dolor de espalda. Te duele. Vas al médico.

El doctor, mediante su diagnóstico te dará una primera pista, y tú puedes interpretar o desentrañar el mensaje y ponerte manos a la obra.

Lo físico y lo no físico no están reñido, sino que al contrario están relacionados. Lo que se manifiesta en lo físico, en el cuerpo, no es más que la señal, el indicador de que algo está mal en otro plano. Por eso la información está en todas partes, porque no es más que una manifestación o expresión de la realidad no-física.

El doctor Bach decía que somos guiados por el sufrimiento  al estado ideal, y que la persistencia en el error es lo que nos enferma. Hablaba de 7 errores principales.

Con la idea de que tras el dolor hay un error y basándote en la causa del mismo, desentraña el mensaje.

Si la causa de tu dolor es una mala postura pregúntate en qué no estas bien posicionado y varía tu posición. En algún área estás mal colocado, torcido, desviado.

La posición normal de la espalda es erguida, pero flexible, relajada, no tiesa.

En algo estás siendo inflexible o estás algo tieso. Pregúntate si tu posición respecto a algo no está siendo correcta. ¿Me empeño en tener la razón sea como sea en lugar de que la verdad sea lo que impere? ¿Es el orgullo lo que hay detrás de mi postura? La curación se producirá en el momento en que seas capaz de rendir tu orgullo con conciencia y de corazón.

El arrepentimiento sincero, la toma de conciencia, y su corrección te devolverá la salud y habrás ganado más que la ausencia de dolor, mucho más, habrás ganado un trozo de tu alma, que se ha abierto espacio, un espacio que estaba invadido por tu ego.

Si el motivo de tu dolor de espalda es el peso, a nivel simbólico peso es responsabilidad. Pregúntate qué haces con tus responsabilidades. Revisa tu forma de asumirlas. Si te estás sobrecargando no te estás respetando. Lo hacemos constantemente porque generalmente no nos escuchamos o examinamos antes de tomar una responsabilidad. No nos preguntamos: “¿puedo con esto? ¿Es conveniente para mí?”. Ser maduros es adquirir responsabilidades, pero a veces no las tomamos de manera  realmente responsable, es decir, deseando responder, sino por no saber decir que no. Si no sabes poner límites a las expectativas de los demás hacia ti, caes en el complacer, rayas en el servilismo, sin duda has caído en el estado centaura. Te sobrecargas de tareas porque necesitas que te quieran. Detrás de tu trabajo hay una necesidad afectiva insana que hace que abusen de ti porque es la forma en que tú entiendes el amor.

Ponte manos a la obra para salir del mismo. Quien abusa de ti no te quiere, te utiliza para que hagas algo que debería ser hecho por él. Verlo es doloroso, pero es cierto y tienes que empezar a desechar este comportamiento. La realidad es mejor: no tienes que hacer nada para que te quieran. El amor sucede sin más.

Tras mucho dolores de espalda se haya el estado centaura. Generalmente se localizan en la zona lumbar, pero pueden manifestarse en cualquier zona o en toda la espalda en general. El dolor de espalda, que como dice el doctor Bach es por tu bien, te está indicando lo que nada mal. Su curación será aliviando el dolor físico mediante masajes, quizás medicación. Pero para la curación completa deberás tomar centaura y hacer la reprogramación mental de este estado. Empieza a hacer cambios en tu vida encaminados a dejar de hacer el trabajo que otros desean que hagas por ellos, aprende a decir no. No lo hacías porque te daba miedo que te dejaran. Tienes que ser fuerte y dejar marchar de tu vida a las personas que no te convienen. Si no siguen contigo cuando dejas de hacer trabajos que no quieres, solo estaban contigo por el interés su “amor” era condicional, te “amaban” a condición de que tú hicieras x.

 No podemos evitar que haya gente interesada, pero sí podemos evitar el atraerlas, el permitir que se apoyen en nosotros, que se aprovechen de nuestra debilidad. El tomar centaura nos ayuda a ponernos en nuestro sitio, a posicionarnos correctamente. Cesaremos de padecer dolor de espalda porque nos respetamos y no nos sobrecargamos de las responsabilidades ajenas y no necesitamos un dolor debido al mal manejo de una carga, o a no estar correctamente posicionados. Hemos sido capaces de erguirnos, de adoptar la postura correcta en lugar de encogernos servilmente como hacíamos antes.

Hay manuales de ergonomía que no indican cómo hacer un manejo de las cargas de manera correcta para no dañarnos la espalda. Indica también que no somos capaces de actuar correctamente, que no conocemos el manual de instrucciones de nuestro cuerpo. Muchas veces nos dañamos debido a las distracciones. La flor de Bach adecuada será la clemátide, que nos ayudará a estar más atentos, a bajar de las nubes,  nos ayudará a cambiar la actitud.

Leamos estos consejos y apliquémoslos. Nos curaremos tratando el cuerpo según nos indica el manual, y también haciendo la traducción simultanea, comprendiendo lo que hay de malo en nosotros.

“Para transportar carga usar herramientas, medios mecánicos” si, muchas veces se nos olvida que tenemos herramientas para que hagan el trabajo por nosotros. Así que pregúntate que herramienta estás olvidando usar, pregúntate el motivo de no hacerte fácil el trabajo, sino desear que recaiga sobre ti.

 “Los pies separados permiten un mejor equilibrio” es decir antes de tomar una carga equilibrate bien y abre bien los pies. Te está indicando que tienes que producir en ti una apertura que incluya los dos apoyos, le derecho y el izquierdo, es decir mente y corazón. Solo podemos cargar un peso (adquirir una responsabilidad) sin dañarnos, por tanto, si lo hacemos con un previo equilibrado de nuestra posición en la que se produzca una apertura y un equilibrio sobre ambos polos. Si cogemos algo a pata coja nos caemos. Si hacemos algo de un solo lado no podemos con ello. Ante cualquier trabajo, pongamos mente y corazón, razón e intuición, acción y creatividad, raciocinio e inspiración.

“Evitar torsiones y giros bruscos”. Para manejar una carga sin dañarnos tenemos que ser conscientes de que si nos torcemos nos dañamos. Por tanto tenemos que estar muy centrados en el objetivo una vez que hayamos tomado la carga, o conocer de antemano el lugar donde  vamos y habernos despejado el camino. ¿Cuántas veces no tomamos una carga sin saber muy bien porque o para que o a donde la tenemos que llevar?  Estos son algunos ejemplos.  Hagamos la traducción simultánea de todo lo que nos acontece. La información está en todas partes si sabemos escuchar.