En cuanto supe
del fallecimiento de Clay, (el pasado 3 de junio) el personaje llamó mi
atención y me dispuse a estudiar sus números.
Siempre es
interesante observar a las personas que han realizado un cambio de nombre y ver
la influencia de ambos nombres, cada uno con su propia energía (no suelen
coincidir).
Gran
deportista, llegó a lo más alto en su carrera y tuvo fama internacional. Pero
también su vida es interesante porque le toco vivir en su propia piel las
consecuencias del racismo, porque luchó
por los derechos civiles y por su cambio de religión.
Nacido el 17
de enero de 1942, era un número 7.Los 7 son inteligentes, serios, profundos y
con sentido de lo espiritual y religioso. Ya de pequeño era un niño reservado
que disfrutaba leyendo la Biblia.
El día de
nacimiento, 17, que tiene la energía del 8 fue lo que le llevó a dedicarse al
deporte y fue lo que le llevó a alcanzar tan altas metas, ya que los 8 son muy
talentosos, perseverantes, ambiciosos e incansables. Consiguen sus metas.
También tiene
bastante energía 1, que nos dice que era alguien con una personalidad
destacada, con empuje, iniciativa y arrojo. Era alguien muy capaz y alguien sin
duda de fuerte carácter.
Si estudiamos su nombre de nacimiento, Cassius Clay, nos encontramos con un número maestro, el 33, que nos dice que era alguien amoroso y compasivo, con gran sentido de la justicia y siempre dispuesto a ayudar. Y es que estamos ante un justiciero. Al margen de su carrera deportiva, sus motivaciones profundas eran ayudar a crear un mundo más justo. Eso le llevó a interesarse por la política y relacionarse con los políticos de su tiempo y ayudar a las causas justas en las que él creía.
El nombre
elegido, Muhammad Alí, es un número que tiene dos números karmáticos.
El apellido
Alí es un apellido 13 que nos habla de ruptura. Y si analizamos las vocales
estamos ante un alma 15. Mi interpretación es que se sintió roto por dentro,
que tuvo una experiencia tremenda de esas de las que te llevan a un lugar muy oscuro
en el que se separó por completo de la luz y del amor para volver a reconcertar
de nuevo, en esta ocasión a través de la religión, decidió abrazar el Islam.