MARGARET
THATCHER
Como ya os he comentado, muchas veces que
muere un personaje de los que pasará a la historia, analizo sus números para
ver si coincide el código numérico con su trayectoria vital.
Este año pasado, en abril, nos dejó
Margeret Thatcher y me puse a la tarea.
Nacida un 13 del 10 del 1925, era lo que
yo llamo un doble 4, pues es un 4 nacida en un día 4 (1+3 = 4).
Los 4 son trabajadores, responsable,
leales, prácticos y conservadores.
En su fecha podemos observar dotes para
el liderazgo y dotes organizativas, así como capacidad y ambición. Era alguien
sin duda incansable. Con personalidad, decisión, sentido de la justicia y
carisma.
Su nombre de nacimiento, Margaret Hilda
Roberts, nos habla de una persona con un alma 1, una personalidad 6, y un destino
7, es decir, de alguien de personalidad, determinación y dotes directivas y de
liderazgo. Alguien responsable muy preocupada por la ayuda a los demás, con
capacidad de atender a las personas en sus asuntos prácticos y vitales, y con
gran inteligencia y comprensión.
Su nombre, Margaret, es un número 11, es
decir un número maestro, destinada a ayudar a la humanidad, con su luz y su
claridad de ideas en tiempos oscuros.
Al casarse y adoptar el apellido de su
marido, pasó a ser un alma 4, con una personalidad 9, y un destino 4. Es decir,
de nuevo las características del 4.
Sin duda vino a hacer una tarea práctica,
algo que dejara huella.
Al personalidad 9 tiene aún más profundos
deseos de ayudar a los demás, los 9 son humanitarios, tienen sentido de lo universal.
Si sumamos el 11 del nombre y el 11 del
apellido Thatcher, nos da un 22, que es el maestro constructor. Venía a
establecer un nuevo orden.
Pero, curiosamente tiene el 13 en su
numerología, que es por el contrario el destructor.
No es tan raro que una misma persona
construya y destruya.
Pensemos por ejemplo en una obra en casa.
Si queremos hacer un nuevo cuarto de baño o una nueva cocina, los albañiles
empezarán por destruir la actual para dejar el espacio a lo nuevo.
Es decir, que ella vino a ayudar a romper
un viejo orden para instalar uno nuevo mejor y más justo, más humano y más
práctico, con sus dotes de liderazgo y capacidad organizativa, con su sentido
de la justicia y de la responsabilidad.
Sé que muchas personas no lo verán así.
En lo político estamos muy contaminados
de la ideología, seguimos pensando aún en términos de “los míos” y “los
contrarios”.
Esto es algo inmaduro que ya tenemos que
ir superando si queremos vivir en una sociedad mejor. Debemos ya por fin ser
menos personalistas e ir más a lo profundo y a lo que el momento histórico
requiera.