lunes, 24 de marzo de 2014

ADOLFO SUAREZ: RETRATO NUMEROLÓGICO


ADOLFO SUAREZ

 Acaba de fallecer Adolfo Suárez  y aún estamos todos pesarosos por su pérdida.
Para mí ha sido el Kennedy español, es decir, el líder más carismático del siglo XX de su país, y que le tocó llevar la apertura, y, que como él, los que no estaban dispuestos a seguir este cambio, le llevaron a la muerte, aunque solo fue política en su caso.

 Nacido el 25 de septiembre de 1932, era un número 22, es decir, un número maestro, el maestro constructor.
Los 22 son trabajadores incansables, con grandes dotes de organización, y con una profunda inclinación a ayudar al bien común.
Los 22 son muy conciliadores, tienen dotes diplomáticas para acercar posturas enfrentadas, son hombres de paz, evitan el conflicto.
Por eso una de las características más reconocidas de él es su espíritu conciliador.

Nacido un día 25, era un hombre inteligente, con gran sentido analítico, con una gran empatía, amabilidad y sensibilidad. Los 25 tienen el don del consejo, porque saben cómo se siente el otro y les ayudan a cambiar de forma de pensar par volver a sentirse bien. Por eso como amigos son un tesoro. Su 5 hace de él un perfecto agente de cambio, que sin duda es el papel que le tocó hacer.
El 9 de su mes de nacimiento nos dice que ya desde pequeño era muy maduro, con los pies en la tierra, y con tendencia a hacer lo posible por el bienestar de las personas.
Los 9 son generosos y abiertos a lo universal.
Era también muy afectuoso, como podemos ver por la cantidad de 2 y de 6 que hay en sus números.
También tiene un gran componente 3, que le hace muy abierto a lo social y muy comunicativo.
Su gran componente 7, le hacía ideal para su misión, ya que los 7 son los grandes pedagogos, y él necesitaba que le gente comprendiera lo que era una democracia y lo que esto significaba. Su papel no era imponer, sino ayudar a comprender y su 7 lo hacía posible. Venía a comunicar y establecer un nuevo orden desde la colaboración y la implicación y no desde la imposición.
No se me ocurre nadie mejor dotado que él para llevar a un país a una democracia que con un 22, un 25 y un 9. Sin duda era el elegido.
Estos números tienen un gran sentido de la justicia, del orden, de lo que está bien y lo que está mal de una forma innata.
Su año de nacimiento es un año 6 (1+9+3+2 = 15, 1 + 5 = 6), lo que explica que fuera tan familiar y formara una gran familia.
Si unimos en dos pilares día + mes por un lado, y año por otro, vemos que por un lado tenía el aspecto 7, analista y pedagógico, y por otro el 6, el familiar. Y así era él.
Pero si nos fijamos en que su año de nacimiento el un año 15, no nos extraña que haya tenido tantas duras pruebas en su familia, con enfermedades graves y pérdidas.

 El nombre de Adolfo es un nombre 8, que nos habla de sentido de la organización y trabajador incansable. Los 8 son arrojados y valientes, y el valor es una de sus grandes cualidades reconocidas por todos.
Y el apellido Suárez, que es 9, nos habla de generosidad y madurez, capacidad de renuncia, sacrificio.

Si sumamos todas las vocales de su nombre y apellido vemos que tenía un alma 22, que coincide con su camino de vida mostrado en la fecha. Y si sumamos las consonantes, 4, lo que da una personalidad trabajadora, ordenada, leal y respetuosa.
Y sumando todas, el 8, el organizador y justiciero, no es extraño que estudiara derecho.

Un nuevo caso en el que los números me ayudan a comprender el significado profundo del personaje, y que coincide con su trayectoria vital.

Como digo, yo le profesaba gran afecto. No le voté porque aún era menor de edad, pero, en mi corazón mis votos son para él, por su sentido de concordia, de apertura y de entendimiento y convivencia de todos, algo de lo que ahora estamos muy necesitados. Es como si hubiéramos dilapidado su legado.

Quizás su muerte ahora en un momento social e histórico tan alborotado, sea un ejemplo y una guía

DESCANSE EN PAZ.


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